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NICOLÁS COPÉRNICO - EL NACIMIENTO DE UNA ERA

Mi propósito fundamental al escribir este breve resumen sobre una época de la historia de la ciencia, es rendir homenaje a un genial científico polaco, cuyo aporte fue de tal magnitud, que muchos consideran a ese momento como el inicio de la Edad Moderna.

Agradezco la colaboración que, en la redacción del mismo, aportaron los Sres. Jorge Resquín y Rodolfo Dietrich, así como los comentarios e información bibliográfica brindados por el Dr. Carlos Sosa (Jefe de Sala del Planetario Luis C. Carballo de Rosario)

Carlos A. Cordiviola Julio 2002

 

" RUSZYL ZIEMIE, WSTRZYMAL ZLONCE, POLSKIE WYDALO GO PLEMIE "

( MOVIÓ LA TIERRA, FRENÓ EL SOL, ¡ Y SALIÓ DE UNA FAMILIA POLACA ! )

Escuché por primera vez la frase que encabeza este artículo en idioma polaco, pronunciada por el padre de mi señora, en una reunión familiar.

Él era un inmigrante polaco que llegó al país en 1912 y la frase citada alude simbólicamente al logro de Nicolás Copérnico, polaco que pasó a la historia por su trabajo "De revolutionibus" y en el cual se demuestra que en nuestro sistema planetario, los planetas, incluida la tierra, giran alrededor del sol que es el centro del citado sistema.

Trataremos de sintetizar brevemente la vida de este personaje y describiremos en qué consistió su trabajo científico que dio por eliminada la Teoría Geocéntrica de Ptolomeo, aceptada durante siglos antes.

Su vida y su obra

Nicolás Copérnico fue el menor de cuatro hijos del matrimonio entre Nicolás padre y Bárbara Watzenrode. Nació el 19 de febrero de 1473 en Torun (en aquel entonces Thorn), ciudad de la Pomerania, donde su padre, comerciante proveniente de Cracovia, se había establecido.

La familia de su madre, oriunda de la baja Silesia, residía en Torun desde hacía más de un siglo. La región polaca donde se encuentra Torun fue durante el siglo XIII asiento de guerras y situaciones conflictivas contra los Caballeros Teutónicos, quienes fueron finalmente derrotados en la batalla de Grunwald en 1410 o sea a comienzos del siglo XV, en que naciera Copérnico.

La familia vivía desahogadamente ya que al padre no sólo le iba bien en los negocios sino que por intermedio de la madre estaban relacionados con el alcalde del Ayuntamiento de Torun.

El padre de Copérnico murió cuando él tenía 10 años y poco se sabe de su formación escolar. Pero a los 18 años y protegido por su tío Lucas Watzenrode ya figura como alumno de la Universidad Jagelona de Cracovia junto a su hermano Andrea, donde permaneció 4 años estudiando humanidades.

En esta Universidad asistió a las clases en la Academia de las Ciencias, que por esa época era la más famosa de esa región de Polonia y en la que se enseñaban muy bien Matemática y Astronomía.

Cabe mencionar entre los profesores al famoso astrónomo polaco Wojciciech de Brudzewo autor de una tablas adaptadas a la latitud geográfica de Cracovia.

El poeta e historiógrafo italiano Eneas Píccolomini, posteriormente Papa Pío XI en su obra "Europa", dice de Cracovia que "Florece allí una escuela de las ciencias liberales famosa por sus habilidades matemáticas."

También vale la pena citar el comentario de Hartman Schedel en "Liber Chronicarum" de 1492 que consideraba a la Universidad situada junto a la Iglesia de Santa Ana como un centro muy completo de diversas disciplinas, pero la que más florecía era la Astronomía, muy superior a los otros Institutos, incluidos los alemanes.

Copérnico también incursionó en la pintura. Seguramente allí fue que entró en contacto con los instrumentos astronómicos que luego estarían en el centro de su interés.

En ese período Copérnico adopta la forma latina de su nombre (Nicolas Copernicus) a cambio de su original Mikolaj Kopernik.

En este medio estudiaba Copérnico y en su mente ya estaba germinando la idea de la Teoría Heliocéntrica. Precisamente el astrónomo Wojciciech de Brudzewo deja traslucir en sus obras ciertas ideas heliocéntricas que evidentemente no se animó a enunciar pero es sugestivo que en su última conferencia antes de morir citara a Aristóteles en su obra "Del Cielo":

"Nos queda por decir algo sobre la Tierra: primero, ¿dónde debe encontrarse? después, ¿pertenece a las cosas que reposan o a las que se mueven?... Entre los filósofos que dicen que el. cielo es finito, y son la mayoría, responden que se encuentra en el centro; a pesar de ello, hay una opinión contraria de los que viven cerca de Italia y se llaman pitagóricos. Dicen éstos, que en el centro del mundo hay fuego, y que la Tierra es una de las estrellas que girando alrededor hace de esta manera que haya día y noche... Sin embargo los que así aseguran se basan no en los, fenómenos sino en especulaciones. Creen pues que el lugar de honor lo merecen las cosas más nobles: por tanto el fuego es más noble que la Tierra... Los que consideran esto suponen que no es la tierra el centro del orbe, sino el fuego.

Los pitagóricos añaden además otro argumento, que es menester guardar con el máximo cuidado lo más noble del universo: ya que el centro del mundo es el lugar más adecuado para ello... allí precisamente colocaron el fuego."

Este comentario como bien dice Aristóteles se basa sólo en especulaciones relacionadas con los famosos 4 elementos (fuego, tierra, agua aire). La teoría Geocéntrica fue sintetizada por el astrónomo griego Claudio Ptolomeo que trabajó en Alejandría en el siglo II de nuestra era, basada en mediciones astronómicas, ya que justamente éste había sido el inventor del Astrolabio, forma antigua o precursora del sextante.

Como vamos a ver más adelante la descripción del movimiento de los astros, considerada la Tierra fija, requiere el uso de ciclos y hepiciclos, que hacen esta teoría bastante complicada.

En 1495, época en que el tío de Copérnico, el obispo Lucas Watzenrode había obtenido muy buena posición como consejero principal de Juan Olbracht, sucesor del desaparecido rey Jagelon, Copérnico intentó que lo nombraran canónigo de Warmia lo que no consiguió pese al apoyo de su tío, quien finalmente lo envió junto a su hermano, a estudiar leyes en Bolonia.

Su ya declarada pasión por la astronomía hizo que llevara consigo dos libros, "Tabulae Directionum" de Regiomontano y las "Tablas Alfonsies" del Rey Alfonso de Castilla.

En realidad, en Bolonia el estudio de leyes fue un simple pretexto para aprovechar la época del Renacimiento que en Italia se mostraba con más fuerza que en otros países, y que no fue sólo artístico sino también científico.

Copérnico recibió probablemente una importante influencia de un famoso profesor de astronomía de la Universidad (Doménico María Novara) en cuya casa se alojaba y al que sirvió de ayudante.

Deambulaba por cuanta biblioteca podía buscando información que fundamentara la teoría heliocéntrica, que ya bullía en su mente.

A principios del Siglo XVI y sin haber completado aún sus estudios, es nombrado canónigo de Warmia y miembro del Cabildo de Wroclaw y vuelve a Polonia en el 1500 sólo para negociar su regreso a Italia logrando una autorización para completar sus estudios en Derecho Canónico, agregando además Medicina en Padua.

La fortuna hace que en esta ciudad, asistiendo a las clases de medicina, se encuentra con un libro recién editado de Lorenzo Valla de Piacenza. Era una especie de Enciclopedia que contenía citas de Plutarco sobre Filolao quien afirmaba que la tierra, el sol y la luna giraban alrededor del fuego central. Encontró allí también una observación de que Aristarco creía que la tierra giraba alrededor del sol. Podemos encontrar el eco de estos libros en "De Revolutionibus".

Una vez graduado de doctor en Derecho Canónico y en Medicina en Italia, Copérnico regresa a Polonia donde fundamentalmente se constituye en secretario, y también médico de su tío, Lucas de Watzenrode.

Durante toda esa época fundamentalmente trabaja en cuestiones administrativas en el Cabildo de Wroclaw, pero sin lugar a dudas, en sus momentos libres sigue elaborando la teoría "heliocéntrica". para la cual durante su estancia en Italia había conseguido muchísíma información. Otro trabajo de esta época es la confección de un mapa:

"Aproximadamente en 1509 hizo en Frombork un mapa de los límites con la Prusia Teutónica. de gran valor político, La Orden Teutónica mandó un espía para que robara dicho mapa del cabildo de Frombork. De esta han quedado solo sus informes sobre los fallidas Intentos, pues no fue posible encontrar el mapa que Copérnico por lo visto se había llevado, o había guardado en otra parte."

Una confirmación de ello es lo que ocurre en 1507. cuando aparece un pequeño trabajo sobre la teoría heliocéntrica, Nícolaí Capernici de Hypothesibus Matuum Caelestíum a se Constitutis Commentarialus, conocida como "El Comentario".

Se trataba de un trabajo hecho circular en copias, pues no se justificaba su impresíón. Dicho trabajo llegó fundamentalmente al círculo científico de Cracovia, y en él, Copérnico enunciaba ya su teoría heliocéntrica, sin dar detalles de sus demostraciones geométricas acerca de la órbita de las planetas, cosa que recién aparecería en De Revolutionibus mucho más adelante.

En 1512 la observación del planeta Marte, le permite corregir una de sus conclusiones expresadas en el Commmentarialus.

En este mismo año y unos meses después, muere su tío Lucas, cuando regresaba de Cracovia, donde se habían celebrado las bodas reales.

Esto hace que Copérnico vuelva a Frombork donde se reincorpora a la vida tranquila a través de su actuación en el Cabildo, que incluía la definición de nuevos límites y propietarios a las propiedades rurales dejadas vacantes después de las guerras con los Caballeros Teutónicos.

Durante la época posterior, Copérnico seguramente siguió trabajando haciendo observaciones y mediciones astronómicas, habiendo elaborado una tabla basada en las indicaciones de un reloj de sol para determinar los movimientos y posiciones del Sol y La Tierra.

En el 1520 participa y lidera la resistencia de Oltzyn contra una nueva incursión de los Caballeros Teutónicos ganando un lugar en la historia polaca como patriota y líder militar.

Salvo intercambios epistolares con otros personajes de la época, pareciera no decidido aún a publicar su teoría heliocéntrica.

Existían adeptos a esta teoría, y la misma evidentemente era conocida hasta por canónigos cercanos al Vaticano.

Una muestra de ello es la carta que el Cardenal Schuenberg (quien ocupó una posición de confianza en tres papados sucesivos: Leon X. Clemente VIl, y Pablo III) le envía en 1536 y que posteriormente aparecería previa a la dedicatoria al Papa en la publicación de "Las revoluciones de las esferas celestes".

En una parte de la carta se dice:

"Me han informado que no solo tenéis conocimiento acabado de las enseñanzas de las antiguas matemáticas, sino que también forjasteis una nueva del universo, según la cual la Tierra se mueve y el Sol ocupe la posición básica, y por tanto, central. Por eso, hombre Ilustrado sin desear ser Importuno, os ruego muy encarecidamente que comuniquéis vuestra descubrimiento al mundo ilustrado y que me enviéis, la más pronto posible, vuestras teorías sobre el universo, junto con las tablas y toda otra casa que se refiera al tema."

No obstante ello, Copérnico se resistía a la publicación, porque él mismo temía hacer el ridículo con una doctrina que evidentemente iba ser revolucionaria.

Recién la llegada de un joven profesor de origen alemán Georg Joachín von Lauchen (rebautizado Rético) a Frauenburg, que no solo se conectó con Copérnico, sino que se transformó en un verdadera discípulo, hizo que la teoría fuera publicada, como describimos en los párrafos siguientes.

Nacido en 1514 en el Tirol Austríaco, o sea que era unos cuarenta años más joven que Copérnico, y gracias a lo acaudalado de sus padres, estudió en varías universidades: Zurich, Nürenberg, Goettingen y Wittemberg, terminando como profesor de Matemática y Astronomía a los 22 años de edad, en esta última.

Rético, al igual que Erasmo Reínhold, joven profesar de la otra cátedra de Wittemberg, había abrazado la teoría heliocéntrica, sin conocerla muy bien y no obstante no ser reconocida por la Iglesia Luterana, a la cual pertenecía.

Probablemente para conocer dicha teoría, Rético viajó en 1539 a Frauenburg, donde se conectó con Copérnico.

El discípulo pugnaba por la publicación de los trabajos de Copérnico, pero éste, como ya hemos dicho, se resistía a ella, y es Interesante mencionar que hubo una serie de reuniones entre Rético, Copérnico, y el Obispo Giese, amigo de Copérnico, en el castillo del Obispo.

"Durante cierto tiempo el maestro y el discípulo, fueran huéspedes del Obispo. El triunvirato cosmológico del castillo medieval, debió de discutir interminablemente durante las lácteas noches del verano báltico la manera de dar a conocer el sistema copernicano: Rético y Giese debían urgir la publicación del libro; el anciano canónigo, que mantenía su tenaz oposición, se vio obligado a ceder, paso a paso ".

Se necesitaron muchas reuniones en las cuales Rético y el Obispo Giese trataban de alguna manera de convencer a Copérnico, de la publicación del libro "De las Revoluciones de las Esferas Celestes".

Finalmente Copérnico consintió en que con el nombre de Rético, y haciendo una velada mención al nombre de Copérnico, pero llamándolo "el ilustrado Doctor Nicolás de Thorn", se publicara un resumen del manuscrito, que en definitiva fue la carta que Rético escribió a su antiguo profesor Johannes Schoener, de Nürenberg.

El opúsculo publicado de 76 páginas, se conoce como la Narratio Prima.

Luego de terminar la citada carta, y siempre bajo el vigilante ojo de su maestro, Rético se trasladó a Danzíg en septiembre de 1539. para dirigir su impresión,

La pequeña obra que contiene las bases de la teoría heliocéntrica, vio la luz en febrero del año siguiente (1540), y copias de ellas fueran enviadas a diversas personalidades del mundo eclesiástico-científico de la época.

Rético, por su parte, envió una copia a un erudito amigo suyo, llamado Aquiles Perminio Gassaro, quien se entusiasmó al punto. y dispuso las cosas para que se realizara una edición Independiente del libro en Basilea muy poco tiempo después de la publicación en Danzig.

En esta forma el libro inundó desde el Norte y desde el Sur, toda Europa y de hecho la revolución copernicana, estaba en la calle.

Por lo tanto Copérnico se vió prácticamente obligado a planear la edición de su tratado completo.

Fue el mismo Rético el que en sus comienzos hizo imprimir la obra en Nüremberg, pero debido a circunstancias especiales, dejó en manos del canónigo Osiander, un canónico protestante, la dirección de la impresión de la obra.

Precisamente Osiander escribió una controvertida "Advertencia al lector sobre el contenido de esta obra", publicado sin firma, la cual no se sabe bien si Copérnico conoció, y que pretendía amortiguar el impacto teológico que la obra produciría en el mundo de esa época afirmando que el libro no pretendía contener "la Verdad" sino tan solo proponer hipótesis de trabajo para simplificar la interpretación del movimiento de los planetas, concepto que resulta de toda actualidad como se vé en el siguiente párrafo de la misma:

"No pongo en duda que ciertos eruditos, una vez divulgada la novedad de las hipótesis de esta obra, de que la Tierra se mueve y el Sol está inmóvil en el centro del Universo, se sentirán profundamente ofendidos y pensarán que no es conveniente conmover las disciplinas liberales firmemente establecidas hace tiempo. Sin embargo si quisieran examinar estas cuestiones correctamente descubrirían que el autor de esta obra no ha cometido nada digno de reproche. En efecto, es propio del astrónomo examinar la historia de los movimientos celestes a través de una diligente y concienzuda observación y luego idear o imaginar cualesquiera causa o hipótesis de ellos, ya que de ningún modo podrá alcanzar las verdaderas, sobre la base de las cuales podrá calcularse correctamente dichos movimientos...

... Pues no es necesario que dichas hipótesis sean verdaderas, ni siquiera verosímiles, sino que es suficiente una sola cosa: que proporcionen un cálculo de acuerdo con las observaciones...

...Ahora bien, puesto que a veces se ofrecen diferentes hipótesis del mismo movimiento... el astrónomo adoptará la que resulte más fácil de comprender. El filósofo quizá exigirá más bien la verisimilitud, aunque ninguno de los dos llegará a comprender nada de cierto, ni podrá enseñarlo, a menos que le sea revelado por la divinidad...

...Y que nadie, en lo que a las hipótesis se refiere, espere de la astronomía nada de cierto, ya que ella no pretende nada semejante, no sea que, si toma por verdaderas cosas destinadas a otro uso, resulte más ignorante al alejarse de esa disciplina de lo que era cuando se aproximó a ella."

Finalmente, en Marzo de 1543, se dio a luz la primera edición de la obra.

"De Revolutionibus se publicó en marzo de 1543 en Nüremberg. Cuentan que Nicolás Copérnico vio la obra de su vida en el lecho de muerte. Aunque así hubiera sido, no fue consciente de ello, pues desde hacia varios días se encontraba en estado de coma. Murió el 24 de mayo de 1543 y fue enterrado en la catedral de Frombork. Su tumba debió ceder lugar a otras tumbas de los prelados eclesiásticos y hoy día no es posible indicar con exactitud en qué lugar descansan los restos de Nicolás Copérnico."

 

 

Contenido del Libro "Las Revoluciones de las Esferas Celestes"

La obra final de Copérnico está dividida en seis libros, y en ellos no solo se enuncia la teoría heliocéntrica, sino que se agregan las mediciones que realízó acerca del movimiento de las astros.

En el Prefacio, (dedicado al Santo Padre Paulo III), dice:

"Con sobrada razón puedo pensar, Santísimo Padre, que no bien se sepa que en estos libros escritos por mí acerca de las revoluciones de las esferas del mundo, atribuyo al globo terrestre ciertos movimientos, inmediatamente algunos clamarán para que yo sea desaprobado junto con tal opinión...

...Pero Vuestra Santidad... lo que más ansiosamente querrá escuchar de mí será de qué modo me vino a la mente, contra la opinión emitida de los matemáticos, y, casi, contra el sentido común, la atrevida idea de atribuirle cierto movimiento a la Tierra... no me impulsó sino el hecho de haber comprendido que los matemáticos no eran consecuentes al investigarlos..."

Los primeros capítulos del libro I. contienen teoremas matemáticos conocidos ya por los antiguos, y que Copérnico introduce como para hacer ver que su obra no está totalmente desvinculado de los conocimientos anteriores.

No haremos una descripción minuciosa de cada libro y nos reduciremos a comentar la esencia de la obra.

Al enunciar los postulados de su teoría distingue netamente entre la "Esfera de las Estrellas Fijas" que está muy alejada de la zona de las estrellas errantes (o Planetas, que constituyen lo que ahora conocemos como Sistema Solar) y utiliza varios argumentos para demostrar que la Tierra es esférica, como todos los otros astros y el Universo mismo.

Las consideraciones más interesantes son las que indican que al suponer que el Sol es el centro del universo y la Tierra posee los movimientos de rotación, traslación en su órbita y precesión, la explicación del movimiento del resto de los planetas es mucho más sencilla.

"...Copérnico reprocha a la Astronomía de su tiempo su gran complicación. Es preferible aceptar el movimiento de la Tierra por más absurdo que parezca, antes que permitir que nuestro espíritu se desgarre y disloque por la multitud casi infinita de ciclos. En efecto, cuando observamos el dibujo esquemático del sistema del mundo copernicano, quedamos asombrados por su simplicidad y perfección estética...

...Las pruebas que Copérnico aduce para su doctrina son sumamente curiosas. Hablando con propiedad, no llegan a demostrar nada en absoluto y desde el punto de vista del adversario, no surten efecto alguno. Sus contraobjeciones físicas son, siempre desde el punto de vista del adversario, igualmente débiles...

...Se echa de ver que la dinámica de Copérnico no tiene nada de "moderna"; sin embargo un abismo lo separa de sus contemporáneos. Ello es que, espontáneamente y sin titubear, aplica al Universo un punto de vista estético, correspondiente a una estética geométrica. Además, quizás sin darse cuenta o, al menos, sin afirmarlo expresamente, Copérnico construye una física geométrica, más exactamente una física de la geometría óptica...

...La geometrización de la noción de forma reintegraba a la Tierra entre los astros y, por así decirlo, la transportaba al cielo.

Ahora comprendemos porqué Copérnico atribuye una importancia tan grande a la regla o principio del movimiento uniformemente circular. Era para él la única manera de poner en marcha la "machina mundi" (la máquina del mundo). En la dinámica de Copérnico, dinámica curiosa si lo fue, heredada quizás de Nicolás de Cusa, el movimiento (circular) se efectúa en virtud de la forma (circular) de los cuerpos. Los cuerpos giran porque son redondos, sin otra razón y sin motor exterior. Coloquemos un cuerpo redondo en el espacio y comenzará a girar. Coloquemos una esfera: girará sobre sí misma y describirá revoluciones sin necesidad de motor alguno que mantenga su movimiento ni de centro físico que la soporte.

Esa es la razón dinámica por la Copérnico puede, después de haber desplazado a la Tierra del centro de los movimientos del Universo, dejarlo vacío, pues como bien sabemos, si Copérnico coloca el Sol en el centro del Universo no lo pone de manera alguna en el centro de los movimientos. El Sol, podemos afirmarlo no desempeña ningún papel en la mecánica celeste de Copérnico. Su función es muy distinta: es óptica, ilumina el Universo, nada más.

Hemos hecho mal al decir "nada más", pues la función cumplida por el Sol, esto es iluminar y esclarecer el mundo, es para Copérnico de importancia primordial. Ella asegura al Sol el lugar que ocupa en el Universo, primero en dignidad y central por posición pues el Sol está colocado en el centro del mundo para iluminarlo, posición evidentemente propicia para hacerlo.

Esta es la única razón que reconoce Copérnico y no es una razón puramente científica. Ni siquiera es una razón del todo científica..."

Es interesante destacar la claridad con la que Copérnico usa lo que con el correr del tiempo, se va a llamar, el principio de la relatividad de Galileo al indicar que los movimientos de los planetas se pueden considerar con la tierra quieta o con el sol quieto.

Por supuesto que dichos planetas también se trasladan alrededor del Sol y son, de afuera hacia adentro, Saturno (tiempo de revolución 30 años), Júpiter (12 años) Marte (2 años), la Tierra (1 año), Venus (9 meses) y finalmente Mercurio (80 días).

"Una cosa tenemos por cierta, dice Copérnico en, el capitulo octavo, que la Tierra está contenida entre sus polos, y su superficie es esférica.

¿Por qué, pues, aún dudamos en concederle la movilidad que a su forma y por su propia naturaleza le conviene mejor, que poner en conmoción a todo el mundo cuyos limites ignoramos y no podemos conocer? ¿Por qué no admitimos que esa apariencia de revolución diaria del cielo, no pertenece en realidad a la Tierra? Y las cosas suceden como cuando el Eneas de Virgilio dice:

'Saliendo del puerto, la tierra y las ciudades retroceden'.

Porque cuando un navío flota con mar tranquilo, lo que está fuera les parece a los navegantes que avanza con un movimiento, que es la imagen del suyo propio y piensan al contrario, que ellos y todas sus cosas están quietas. Así, sin duda, puede acontecer con el movimiento de la Tierra, que creamos se mueva en círculo todo el mundo."

Es también interesante dejar constancia que el Sol no está situado exactamente en el centro de las órbitas, algo que después explicará Kepler al anunciar que las órbitas en realidad son elípticas.

Finalmente debemos decir que al considerar a la tierra moviéndose y al Sol fijo, cambió toda una concepción del universo incluso permitió echar las bases para que las explicaciones acerca de fenómenos que ocurren en la Tierra también se pudieran usar fuera de la misma y viceversa.

Dicho de otro modo, la física era única y no debía distinguirse a la Tierra como algo especial dentro de todo el mundo.

Ticho Brae, Kepler, Newton (quien tomando la obra de aquellos como si fueran piezas desconectadas armó finalmente el rompecabezas enunciando su famosa Ley de la Gravitación Universal) y tantos otros que aportaron al conocimiento científico después de que Copérnico revolucionara el mundo de la Cosmología introduciendo una bisagra en la historia del desarrollo científico, deben, como nosotros, un homenaje de admiración y respeto a la figura de este genial pensador polaco quien

 

al colocar el Sol en el centro del Universo conocido, no sólo iluminó a éste sino a la Astronomía y a los científicos que lo sucedieron.

 

 

 



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