El sector financiero y el
capital para la innovación
Una de las barreras más conocidas para la
aparición de nuevas empresas de base tecnológica es la
falta de existencia del capital necesario para llevar a cabo sus
actividades.
Dado el alto nivel de riesgo tecnológico en el desarrollo de sus
productos, el recurso a la financiación procedente del sistema
financiero tradicional no es muy elevado y sólo existen algunos
casos aislados muy recientes, ya que éste no asume el alto
riesgo asociado, a pesar de que los retornos pueden ser también
muy elevados.Debido a ello, se han generado
mecanismos de financiación adecuados para estas empresas. Hemos
acordado con los diferentes grupos que participan del desarrollo de la
actividad emprendedora en nuestra región que la
denominación inglesa Venture Capital podía ser sustituida
por Capital para la Innovación con el objeto de cambiar la poco
atractiva designación de la traducción literal. Se
distinguen para él tres fases diferenciadas, universalmente
aceptadas:I) Capital semilla (seed capital).
Esta financiación es la que permite que la nueva empresa pueda
surgir. Se vincula con las etapas de exploración y nacimiento. II)
Fondos de arranque (start-up funds). Aparecen una vez que la empresa se
ha creado y se requiere una segunda ronda de financiación para
poder crecer y desarrollarse en su fase de lanzamiento hasta un
tamaño que asegure su supervivencia. III)
Fondos de consolidación (expansion/buy out). Aparecen en los
procesos de maduración de las empresas con el fin de financiar
su expansión en otras zonas geográficas o para atender
necesidades de producción muy superiores o para intentar su
incorporación a la cotización de sus acciones en la bolsa.Es
obvio que lograr capital para las dos primeras es el desafío
más difícil.
Una de las barreras más
conocidas para la aparición de nuevas empresas de base
tecnológica es la falta de existencia del capital necesario para
llevar a cabo sus actividades. |
Las características del Capital para la
Innovación
Las principales características se pueden resumir
así:
I) Las inversiones se hacen preponderantemente en
pequeñas y medianas empresas, que sean compañías
jóvenes con alto potencial de crecimiento
II) Las inversiones se llevan a cabo generalmente
mediante participación en las acciones o con opción a que
el capital aportado se convierta en acciones.
III) Las inversiones suelen significar en general un
grado de riesgo importante.
IV) El riesgo se compensa con un alto retorno de la
inversión e importantes ganancias de capital en el mediano plazo.
V) No se concibe como una inversión pasiva
suministrando préstamos, sino que coopera en el manejo gerencial
empresario. Es decir, no sólo se provee capital, sino
también asistencia en el manejo de la firma.
VI) Se prefiere invertir en empresas en las que exista un
fuerte compromiso entre los dueños y sus empleados para alcanzar
el objetivo buscado.
Los principales usos se pueden describir así:
I) Para probar la factibilidad del proyecto en las etapas
iniciales del desarrollo.
II) Para financiar el lanzamiento hasta que aparecen los
primeros retornos comerciales.
III) Para financiar la expansión de la empresa una
vez que aparecen los balances positivos.
IV) Para aportar créditos puente, temporarios,
para facilitar la operación de introducir acciones de la
compañía en el mercado de valores.
V) Para ayudar a financiar la compra de la
compañía por parte de las personas que la operan:
gerentes, empleados y operarios.
El tetraedro del desarrollo
La introducción de este factor ha tornado de
alguna forma anticuado (1) el conocido Triángulo de
Sábato. Por este motivo, en el año 1989 propuse su
sustitución por una figura que tuviera las mismas virtudes, pero
más completa, que denominé el Tetraedro del Desarrollo
que incorporaba el vértice Financiero a la figura
geométrica de Jorge Sábato.Todos
sus vértices interactúan entre sí generando una
interrelación virtuosa para el desarrollo de las empresas
productoras de tecnologías duras y blandas.
Pensando en nosotros
Las actitudes emprendedoras están también
evolucionando en la Argentina. Como resultado, no sólo se ha
incrementado la vocación por desarrollar nuevos mecanismos para
el Capital de Innovación, sino que en los últimos
años ha sido capaz de atraer fondos locales o regionales,
superando los subsidios gubernamentales dedicados a asistir a las
Pymes.
Muy gradualmente, algunos de estos fondos proceden de las
propias grandes empresas que, al mismo tiempo que han reducido su
esfuerzo interno, han tercerizado parte de sus actividades de
investigación y desarrollo y han creado fondos propios de
capital para la innovación, con los que han promovido el
nacimiento de nuevas empresas de base tecnológica (Spin-off
corporativos).
Deben aparecer
organizaciones orientadas a aportar Capital para la Innovación.
La historia está cambiando; hoy, en el tablero, a las piezas
blancas las tienen los inversores. |
Las grandes empresas tienen algunas ventajas: (I)
tienen recursos propios y la posibilidad de reducir el riesgo
distribuyendo la inversión en varios proyectos y (II) tienen
organizadas sus cadenas de distribución y disponen de un mayor
conocimiento del mercado. Por otro lado, su propia cultura interna
habitualmente las limita a moverse dentro de fronteras relativamente
conocidas, con lo que de alguna forma su aptitud innovativa suele estar
mucho más circunscripta.
Las empresas más pequeñas, de base
tecnológica, en cambio:
(I) suelen tomar nuevas ideas de sus proveedores y
clientes, (II) procuran llegar al mercado de inmediato porque suelen
carecer de capital para proteger adecuadamente sus derechos de
propiedad industrial, (III) normalmente son mucho más
dinámicas y su habitual reducido tamaño les otorga gran
flexibilidad y posibilidad de readaptarse rápidamente a
circunstancias cambiantes y (IV) aportan con mayor frecuencia productos
completamente nuevos, resultantes de una cultura de permanente
búsqueda de nichos en el mercado.Los
grandes cambios producidos en las organizaciones nacionales de
promoción científica y tecnológica y en algunas
universidades, que las han llevado a valorizar la innovación,
son una oportunidad que Santa Fe no debería desaprovechar.
Para ello, es imprescindible que, como ya existen en la
Capital Federal, aparezcan organizaciones orientadas a aportar Capital
para la Innovación. La historia está cambiando; hoy, en
el tablero, las piezas blancas están del lado de los inversores.
(*) Intec (UNL y Conicet)Presidente
del Directorio del PTLC-Sapem (1)
Sin negar su originalidad en el momento en que fue propuesto y su
profunda influencia en el tiempo.
El Litoral, Santa Fe | 13-05-2009 |