La EPCA (European
Petrochemical
Association)
junto con la UNESCO
y el IUPAC
(Internacional Union of
Pure and Applied
Chemistry)
desarrollaron un
interesante film con
motivo de la
conmemoración del
Año Internacional
de la Química en el
cual se destaca la
importancia de la
química en la vida
cotidiana.
(Ver ...)
Archivo
con
notas
seleccionadas
de distintos temas de
interes del sector
"La Compasión frente a la Ignorancia y el Amor por la Verdad, hicieron de Sarmiento un Educador" Leopoldo Lugones - "Historia de Sarmiento"
¿Está vivo Sarmiento en nuestras aulas? Nada mejor que el 11 de septiembre, Día del Maestro en conmemoración de su muerte, para analizar y tratar de responder a esta pregunta. Todos conocemos su labor como educador y como organizador de la educación. Sin embargo toda su acción estaba sólidamente fundada en su vocación más profunda, la de maestro. De ésto da cuenta la infinidad de anécdotas donde él mismo actúa como tal y que comienzan cuando, siendo apenas un adolescente, enseñaba a los mineros de Chile. Fué fundamentalmente maestro: en el aula, como maestro de maestros, como presidente, se-nador, periodista, político, y todas y cada una de las múltiples actividades que encaró en su fe-cunda vida. Su formidable intuición educativa, se plasma en sus planes de formación de maestros. Así, en 1842, funda en Chile la que resultó ser la primera Escuela Normal de Sudamérica. Nunca perdió de vista la relación que debía existir entre el hogar y la escuela. Esto se pone de relieve en el programa que preparó para el funcionamiento del Colegio de Santa Rosa en San Juan, que funcionaba en el Monasterio que Fray Justo de Oro proyectara años antes, destinando la comunidad religiosa a la educación. En este programa figura, junto a muchas otras iniciativas, las visitas semanales y en grupo a "familias respetables" para que las alumnas aprendiesen y practicasen normas de urbanidad. Sarmiento daba una importancia capital a la educación de la mujer y a las mujeres como edu-cadoras. Por eso una de las primeras medidas en la materia, cuando gobernó, fue crear las Escuelas Normales de Maestras. Su preocupación se extendía como un mar sobre todos los aspectos de la educación y su im-pacto sobre el hombre, yendo desde la educación en el trabajo, donde propiciaba un período de dos horas de la jornada laboral para que los obreros aprendieran a leer y escribir, hasta la fundación de Centros Superiores de Enseñanza, como la Facultad de Ciencias y el Observato-rio Astronómico en Córdoba, pasando por la educación en las cárceles y hasta con la iniciativa de elaborar un mapa general del país, lo que demuestra su extraordinaria ubicuidad. "¡Sarmiento, siempre Sarmiento!", exclama Leopoldo Lugones. Para él, toda la República debía ser una Escuela. Aún cuando llegó a ser legislador y Presidente de la República, no perdió nunca de vista la en-señanza a nivel elemental y se daba tiempo entre sus obligaciones de estadista para visitar de incógnito las escuelas y observar el desempeño de los alumnos. A tal punto llegaba su grandeza de espíritu que, luego de haber sido Presidente de la Repúbli-ca, no se consideró disminuido al aceptar el cargo de Superintendente General de Educación que el Presidente Julio A. Roca le ofreció en el año 1881. El "orgullosísimo" Sarmiento asume un puesto "secundario" demostrando que ponía por encima de él mismo, el alto objetivo de bien público que se había propuesto: la educación de todos. Su primera medida en ese puesto fue un rasgo peculiar de su carácter emprendedor: ¡Convocó a los maestros para darles en persona una lección de lectura! Todo esto nos hace pensar que Sarmiento, como propulsor de la educación, hizo honor a su dicho: "hacer las cosas, bien o mal, pero hacerlas" y así fue como creó tantos establecimientos y realizó tanta obra. En estos momentos en que vivimos una verdadera "tragedia educativa", el formidable ejemplo de Sarmiento no solo parece ausente de nuestras aulas, sino de todos los estamentos de la sociedad argentina incluyendo los niveles que, por antonomasia, deberían ser rectores, como las Legislaturas, las Universidades y los Juzgados. El amor a la verdad citado por Lugones, tampoco parece estar vigente en estos momentos, cuando uno observa el doble discurso y la mentira usados como herramienta corriente por los que nos gobiernan. Así como se debe recuperar la educación en el primer escalón, la familia, no se debe perder de vista la recuperación de los valores sarmientinos especialmente por parte de quienes deben ser ejemplo de civilidad. Nos angustia y preocupa la recuperación económica de nuestra Patria. Sin embargo debiéramos sentir como Sarmiento, el impulso por resolver las verdaderas y pro-fundas causas, la raíz de la degradación social que no es otra que una falta de educación so-bre todo en lo que hace a nuestra (la de todos los argentinos) conducta como ciudadanos.
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