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La industria química y petroquímica tiene poca rotación laboral. Sus empleados
son generalmente muy calificados y se pagan salarios altos. Además, en
los últimos diez años el sector aumentó su nivel de empleo y subió
la productividad.
Este crecimiento, junto con el repunte experimentado desde fines de 2003,
produjo una dificultad que comparte con otras industrias: la escasez
de personal con oficio.
Entre 1993 y 2001 el sector creció 6,2% anual acumulativo. Según datos
de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQYP), comprende
52.000 puestos de trabajo directos y alrededor de 350.000 indirectos.
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Es uno de los pocos sectores industriales que en los
últimos diez años aumentó su nivel de empleo —aunque levemente porque
es capital-intensivo— y subió la productividad", apunta José María
Fumagalli, director ejecutivo de la CIQYP.
El sector experimenta la escasez de personal calificado.
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"Prácticamente
ya no se encuentran soldadores; tampocos cañistas, que instalan los
caños en las fábricas; ni otros operarios encargados de la construcción
y el mantenimiento de plantas.
Además, cada vez se reciben menos
técnicos e ingenieros químicos", cuenta Fumagalli.
"Cuesta más que antes encontrar técnicos químicos, electrónicos, eléctricos
o mecánicos", dice Guillermo Paredes, gerente de Recursos Humanos de Atanor.
Entre 1999 y la actualidad la empresa duplicó su dotación de personal:
de 750 a 1.500.
Por otro lado, a las compañías no les conviene que el personal rote,
dado que la capacitación y actualización son permanentes.
"Como esta industria es capital intensiva hoy las plantas son más controladas
que operadas. Pero esto nos enfrenta a un problema: ante la incorporación
de nueva tecnología no se encuentran técnicos aptos para utilizarla. La
única solución para cubrir esta brecha es la capacitación", explica Paredes,
de Atanor.
Por otra parte, la crisis afectó a la química y petroquímica menos
que al promedio del sector industrial. El Indice de Obreros Ocupados
del Indec pasó de 100, en 1997, a 72,8 en el segundo semestre de este
año para todas las industrias. Pero en la química y petroquímica se ubica
en 81.
Incorporaciones
También las horas trabajadas y los salarios por obrero bajaron menos y
se recuperan con más rapidez.
El salario promedio de este sector llegó a 120 (con base 100 en 1997)
mientras que la media industrial es 115,2.
Según datos de Hidalgo & Asociados, en la industria química el salario
mensual promedio de un Controller puede llegar a 7.355 pesos; el de un
gerente de Planta a 13.419 pesos; y el de un director de Finanzas a 20.845
pesos.
Mientras que la fuerza de trabajo disminuyó más del 10% entre 1999 y la
actualidad, Atanor vivió el proceso inverso: pasó de 750 a 1.500 empleados,
principalmente a través de adquisiciones de empresas.
En septiembre de 1999 compró la firma Mulder, que ocupaba 60 personas
en el Parque Industrial de Pilar. En 2001 adquirió el ingenio y destilería
Marapa ( Tucumán), que hoy tiene 290 trabajadores; y luego el Complejo
Agroindustrial Leales (también ubicado en Tucumán), que emplea a 400 personas
repartidas entre un ingenio azucarero, 2.200 hectáreas plantadas con caña
de azúcar, una planta refinadora de azúcar de última generación, y también
una fábrica de papel.
Claro que manejar fusiones y adquisiciones nunca es sencillo para Recursos
Humanos.
"Buscamos ser respetuosos de las culturas particulares de cada empresa
adquirida, ya que éstas tienen negocios, localizaciones, entornos sociales
y necesidades distintas", señala Paredes, gerente del área en Atanor.
Según cuenta el ejecutivo, una medida importante para cumplir este criterio
fue "mantener al personal de cada empresa, más allá de la designación
de algún ejecutivo. Por ejemplo, en el ingenio de Marapa sólo incorporamos
al gerente de planta".
El proyecto de Atanor es cons truir dos plantas más en Río Tercero, una
de cloro-soda y otra de agua oxigenada, para fabricar los tres herbicidas
más importantes: glifosato, atracinas y ácido 2,4D.
"Entre las dos plantas incorporaremos otras 30 personas, aunque esto se
hará efectivo recién a partir de 2005", afirma Paredes.
Pero el empleo en el sector químico y petroquímico no crece únicamente
a través de los grandes jugadores.
El crecimiento también se ve claramente en las pequeñas y medianas
empresas.
"Los ingenieros químicos independientes vivimos una incipiente recuperación
de la demanda, tanto para proyectos locales como para la exportación de
servicios", afirma Oscar Pagola, presidente de la Asociación Argentina
de Ingenieros Químicos.
Por ejemplo, Tecna es una empresa que emplea a alrededor de 70 profesionales
de este tipo para brindar servicios al sector petrolero y gasífero.
Según el informe anual de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica,
"de mantenerse la importante recuperación exhibida en los últimos meses
por sectores usuarios de especialidades químicas (textil, cuero, construcción,
entre otros) se crearían oportunidades para un mayor protagonismo de las
PyMEs del sector".
Por Lucio Di Matteo
CLARIN ECONÓMICO 21/12/2003
http://www.clarin.com/suplementos/economico/2003/12/21/n-01443.htm
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