2 de julio de 2014: La NASA ha lanzado con
éxito su primera nave espacial dedicada al estudio del dióxido
de carbono en la atmósfera.
El miércoles 2 de julio, a las 2:56 de la mañana, hora diurna
del Pacífico, el Observatorio Orbital 2 del Carbono (Orbiting
Carbon Observatory-2 u OCO-2, en idioma inglés) despegó desde la
Base Vandenberg de la Fuerza Aérea (Vandenberg Air Force Base,
en idioma inglés), ubicada en California, abordo del cohete
United Launch Alliance Delta II. Aproximadamente 56 minutos
después del lanzamiento, el observatorio se separó del segundo
módulo del cohete y se encaminó hacia una órbita inicial de 690
kilómetros (429 millas). La telemetría inicial muestra que la
nave espacial se encuentra en excelentes condiciones.
Pronto, OCO-2 comenzará una misión que durará como mínimo dos
años y que estará destinada a localizar fuentes y lugares de
almacenamiento de dióxido de carbono en la Tierra. El dióxido de
carbono es el principal gas de efecto invernadero, producido por
los seres humanos, que provoca el calentamiento de nuestro mundo
y constituye un componente vital del ciclo del carbono del
planeta.
“El cambio climático es el desafío de nuestra
generación”, expresó el administrador de la NASA, Charles
Bolden. “Con OCO-2 y nuestra flota de satélites, la NASA está
absolutamente preparada para aceptar el desafío de documentar y
entender estos cambios; y lo hará prediciendo las ramificaciones
y compartiendo información sobre dichos cambios para el
beneficio de la sociedad”.
OCO-2 llevará a un nivel superior los estudios que dirigirá la
NASA relacionados con el dióxido de carbono y con el ciclo
global del carbono. La misión producirá la imagen más detallada
con la que se cuenta hasta la actualidad de las fuentes
naturales de dióxido de carbono, así como también de sus
“sumideros” (los sitios sobre la superficie de la Tierra por los
que sale el dióxido de carbono de la atmósfera). El observatorio
estudiará cómo se distribuyen estas fuentes y estos sumideros
alrededor del mundo y cómo cambian con el transcurso del tiempo.
“La desafiante misión es oportuna e importante”, dijo Michael
Freilich, quien es el director de la División de Ciencias de la
Tierra (Earth Science Division, en idioma inglés), la cual
pertenece al Directorio de Misiones Científicas de la NASA, en
Washington. “OCO-2 realizará mediciones absolutamente precisas
de las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico cerca
de la superficie de la Tierra, lo que sentará las bases para
poder tomar decisiones políticas informadas sobre cómo adaptarse
y disminuir el futuro cambio climático”.
Los sumideros de dióxido de carbono constituyen el corazón de
un rompecabezas científico de larga data, el cual ha hecho que
sea difícil para los científicos predecir con exactitud cómo
cambiarán los niveles de dióxido de carbono en el futuro y cómo
afectarán al clima de la Tierra esas concentraciones en
constante cambio.
“En la actualidad, los científicos no saben exactamente dónde
y cómo los océanos y las plantas de la Tierra han absorbido más
de la mitad del dióxido de carbono que las actividades de los
seres humanos han emitido hacia nuestra atmósfera desde el
inicio de la era industrial”, señaló David Crisp, quien dirige
el equipo científico de OCO-2, en el Laboratorio de Propulsión a
Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma
inglés), de la NASA, ubicado en Pasadena, California. “Por ello,
no podemos predecir con exactitud cómo se desenvolverán estos
procesos bajo la forma de un cambio climático”. Para que la
sociedad maneje mejor los niveles de dióxido de carbono en
nuestra atmósfera, necesitamos poder medir los procesos
naturales de las fuentes y de los sumideros”.
Las mediciones exactas de la concentración de dióxido de
carbono en la atmósfera son necesarias porque los niveles
ambientales varían menos que un dos por ciento de las escalas
regionales respecto de las continentales. Los cambios típicos
pueden ser tan pequeños como un tercio del 1 por ciento. Las
mediciones que llevará a cabo OCO-2 están diseñadas para medir
estos pequeños cambios con exactitud.
Durante los próximos 10 días, la nave espacial será sometida a
un proceso de revisión y luego iniciará tres semanas de
maniobras que la colocarán en su órbita operativa final de 705
kilómetros (438 millas), cerca del polo, a la cabeza de la
constelación internacional de satélites de observación de la
Tierra denominada Afternoon Constellation, o “A-Train”. A-Train,
el primer “súper observatorio” volador, compuesto de múltiples
satélites, registrará la “salud” de la atmósfera y del medio
ambiente de la superficie de la Tierra, y llevará a cabo una
cantidad de mediciones sin precedentes, de manera casi
simultánea, relacionadas con el clima y con las condiciones del
tiempo.
Las operaciones científicas de OCO-2 se iniciarán alrededor de
45 días después del lanzamiento. Los científicos esperan
comenzar a almacenar datos calibrados de la misión dentro de
aproximadamente seis meses y planean dar a conocer sus primeras
estimaciones de las concentraciones de dióxido de carbono a
comienzos del año 2015.
El observatorio tomará muestras uniformemente de la atmósfera
ubicada por encima del suelo y del agua de la Tierra y todos los
días tomará más de 100.000 mediciones individuales y precisas
del dióxido de carbono que yace por encima de todo el hemisferio
de la Tierra iluminado por la luz del Sol. Los científicos
usarán estos datos en modelos creados por computadora con el fin
de generar mapas de la emisión y de la absorción de dióxido de
carbono en la superficie de la Tierra a escalas comparables en
tamaño con el estado de Colorado. Estos mapas a escala regional
proporcionarán nuevas herramientas para localizar e identificar
fuentes y sumideros de dióxido de carbono.
Asimismo, OCO-2 medirá un fenómeno denominado fluorescencia
inducida por el Sol, el cual es un indicador del crecimiento y
de la salud de las plantas. A medida que las plantas realizan la
fotosíntesis y absorben dióxido de carbono, producen
fluorescencia y emanan una pequeña cantidad de luz que es
invisible a simple vista. Como una mayor fotosíntesis se traduce
en una mayor fluorescencia, los datos sobre la fluorescencia
proporcionados por OCO-2 ayudarán a esclarecer un poco más el
tema de la absorción de dióxido de carbono por parte de las
plantas.
Para obtener más información sobre OCO-2, visite: http://www.nasa.gov/oco2,
en idioma inglés.
FUENTE: http://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/02jul_oco2/