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JORNADAS EPAC



Jornada para descubrir las energías renovables  de la Argentina
Martes, 12. Septiembre 2017 02:00 pm
 Academia Nacional de MedicinaPacheco de Melo 3081 - Ciudad de Buenos Aires

Baterías de litio, plantas eólicas, células fotovoltaicas, biocombustibles y otros temas relacionados serán el eje de un evento que destacará las principales investigaciones nacionales sobre energías renovables. Organizada por el Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC), se realizará el 12 de septiembre en la ciudad de Buenos Aires. VER PROGRAMA
NOTA PRENSA: ENTREVISTA A JAIME MORAGUES
NOTA
ENTREVISTA A JAIME MORAGUES
"La Argentina tiene enormes condiciones para las energías renovables"
 
Lo dijo el presidente de la Asociación Argentina de Energías Renovables, quien tendrá a cargo la conferencia inaugural de la jornada abierta que hoy organiza el Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas en la Academia Nacional de Medicina.
BUENOS AIRES, 12 de septiembre de 2017 - 
Diez científicos de distintas disciplinas participan hoy de una serie de conferencias con un denominador común: la energía del futuro. Se trata de la jornada abierta "Energías renovables para y por argentinos", organizada por el Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC), que tendrá lugar en la biblioteca de la Academia Nacional de Medicina a partir de las 13 horas.
El encuentro contará con la presencia de diversas instituciones científicas y universidades del país, como el CONICET, el INTA, el Instituto de Química de los Materiales, Medio Ambiente y Energía de la UBA, la Comisión Nacional de Energía Atómica y la cartera científica nacional, entre otras entidades.

En este marco, la conferencia inaugural estará a cargo de uno de los investigadores que más ha estudiado el desarrollo de las fuentes energéticas alternativas en el país: el doctor en física Jaime Moragues, cofundador y presidente de la Asociación Argentina de Energías Renovables (ASADES). Creada en 1974, apenas un año después de la primera crisis internacional del petróleo que disparó el interés por desarrollar este campo, la asociación mantuvo un rol central en la promoción de estudios y la formación de recursos humanos vinculados con esta temática.
"La Argentina tiene enormes condiciones naturales para las energías renovables", dijo Moragues, quien anticipó los puntos centrales de su conferencia, en la que brindará un panorama global del sector para ilustrar qué lugar ocupa la Argentina en uno de los grandes desafíos del nuevo siglo.
—¿El mundo está avanzando hacia un futuro más sustentable?
—Estamos transcurriendo la cuarta revolución energética, que va a cambiar los usos y costumbres de la sociedad a medida que se vayan concretando tres paradigmas basados en la energía renovable y su uso descentralizado, el uso racional y eficiente de la energía, y la conservación del ambiente. Estas tres cosas están empujando un cambio importante, pero va a llevar tiempo. En todo el mundo se está intentando diversificar la matriz energética para disminuir el impacto ambiental de los combustibles fósiles. Y, precisamente, la eficiencia energética y el uso de los combustibles renovables son los dos pilares de un futuro sustentable.
—¿Cuál es el panorama mundial del consumo energético?
—En mi presentación, con información de dos instituciones muy relevantes, la Renewable Energy Network for the 21st Century y la International Renewable Energy Agency de Viena, voy a hacer un análisis sobre el consumo global de energía, estableciendo los porcentajes de cada tipo. El resultado permitirá observar que, a escala mundial, el 78,4 % de la energía consumida es de origen fósil. La nuclear representa el 2,3 % y todas las renovables sumadas, incluyendo la hidráulica tradicional, equivalen al 19,3 %.

—En ese gran escenario, ¿cómo está posicionada la Argentina?
—En general, en la Argentina estamos debajo del promedio: sólo las de origen fósil son el 87,4 %. En la nuclear estamos más o menos parejo, con 2,75 %. Y con las renovables estamos en un 9,4 %. Si se toman todas las energías fósiles de la Argentina y se distribuyen por sectores, para saber cómo se consume la suma del gas, petróleo y carbón, veo cuánto consume el país para producir energía eléctrica, cuánto para transporte, cuánto para el sector residencial, comercial y público, cuánto para industria y para el agro. Hay un campo enorme de aplicaciones de energías renovables para reemplazar a los hidrocarburos, por distintos tipos de aplicaciones.

—¿Cómo se distribuyen esas aplicaciones?
—Para el transporte se puede utilizar etanol y biodiésel. Para el uso residencial, comercial y público está el agua caliente domiciliaria, calefacción, refrigeración, cocinas solares. Hay un montón de cosas que pueden reemplazarse en ese campo.
Jaime Moragues, presidente de la
Asociación Argentina de Energías Renovables (ASADES).Foto: Jaime Moragues
Además, hay muchos lugares del país donde todavía no llegan las redes eléctricas. En todo Salta y Jujuy, en el campo, no llega el gas, se utilizan garrafas y eso implica una logística muy compleja y altos costos. Si se usa energía solar, se ahorra y se ayuda muchísimo. Esto ya se está haciendo en la Argentina mediante el programa PERMER y funciona muy bien. En la industria también: podemos calentar agua con sol a altas temperaturas para diversos usos, inclusive para generar electricidad a partir de allí.
—¿De qué manera funcionan esos sistemas?
—Es una tecnología muy interesante porque permite acumular energía térmica en sales fundidas y tener una central que funcione de noche. Durante el día, con energía solar concentrada, se funden sales, a 300 o 400 grados. A la noche, se obtiene calor para producir vapor y accionar una turbina convencional y generar energía eléctrica, pero la fuente fue energía solar.  En la Argentina se está avanzando en la investigación de centrales solares que funcionen las 24 horas. De hecho, el ministerio de Ciencia está financiando al INVAP para construir una central de este tipo, donde va a haber una parte fotovoltaica (que producirá energía eléctrica durante el día), una parte térmica (que va a acumular la energía en sales fundidas) y, cuando se va el sol, se pone en funcionamiento ese calor que produce un vapor y acciona una turbina convencional. Pero son prototipos, hay mucho para avanzar en esto y se deben estudiar estos sistemas frente a las nuevas baterías para acumular electricidad directamente, se verá en el futuro como están los costos de cada sistema.
—¿Cómo se configura el mapa mundial de la energía eléctrica?
—El 75,5 % de la energía eléctrica del mundo es no renovable. El 24,5 % sí es renovable, pero ahí pesa mucho la hidro. En la Argentina, en este campo estamos mejor: todas las no renovables, sumando térmica, nuclear y algo que se importa, son el 69 %. Y en renovables estamos en un 30,7 %. Así que estamos bien respecto del promedio mundial.
—Y a gran escala, ¿qué países son líderes en este rubro?
—Los países más avanzados con respecto a las energías renovables son China, que está en la punta, con 258 gigawatts (GW) instalados, seguido por Estados Unidos, con 145 GW. Es decir que el primero tiene casi el doble de capacidad que el segundo. Durante mi presentación voy a mostrar cómo cambió este escenario entre 2005 y 2015: en tan sólo diez años se puede ver cómo los países con políticas y con target de energías renovables avanzaron con respecto a los que no tienen nada. El cambio es muy impresionante.


—¿Qué otras transformaciones relacionadas con el mercado y desarrollo de fuentes alternativas se pueden observar en esa década?
—Por un lado, la evolución de los trabajos directos e indirectos que generó cada tipo de energía. La fotovoltaica es la que más da, seguida por los combustibles líquidos. Después vienen la energía eólica y solar, el biogás, hidropower en pequeña en escala, debajo de 50 megawatts. El promedio de inversiones en energías renovables de todo el mundo, entre 2006 y 2016, muestra una curva ascendente, con oscilaciones. También se puede observar cómo fue evolucionando el crecimiento mundial tanto de la energía solar como la eólica. En los últimos tres años, el porcentaje fue aumentando mucho, entre 12 y 17 % para la eólica y entre 22 y 23 % para la solar. Esa es una noticia interesante, significa que cada vez se usan más estas fuentes de energía.
—¿A qué se debe ese ritmo de crecimiento tan significativo?
—Ese ritmo tan grande y sostenido se debe a que, fundamentalmente, los costos bajan de manera continua. Y se va tomando conciencia de la necesidad de reemplazar los hidrocarburos, que va generando cierta presión social. Los países que firmaron compromisos de bajar las emisiones en París tienen que mostrar que están instalando cosas. Otro modo de verlo es a partir del tamaño cada vez mayor que están tomando los aerogeneradores.
—¿De qué dimensiones se habla en ese caso?
—Los aerogeneradores que hoy más se utilizan son de 3 megawatts (MW) y sus palas tienen cien metros de diámetro, es decir, una cuadra. En principio, a medida que se incrementa el tamaño, bajan los costos. Hay prototipos de 10 MW con palas de 150 metros de diámetro. Desde el punto de vista económico, eso puede ser beneficioso porque la construcción abarata precios. Está la gran duda de qué pasa si tenés todo un campo de estos aerogeneradores, porque si se descompone una máquina, se pierden 10 MW. Todavía falta experimentar mucho en este campo también.
—¿Qué proyectos tiene hoy la Argentina en materia de energías renovables?
—El Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales (PERMER), impulsado por el Ministerio de Energía y Ambiente, tiene una importancia social muy grande para todas las zonas del país donde no llega electricidad ni gas. Empezó en 1999 y tuvo un éxito bárbaro, fue reconocido a escala mundial. Se empezó por la electricidad y luego se agregó agua caliente y cocinas. En su momento tuvo un préstamo del Banco Mundial de 90 millones y ahora cuenta con uno nuevo de 200 millones. Otro proyecto interesante se relaciona con los sistemas solares térmicos que se están trabajando con cocinas solares, agua caliente, destilación de agua, edificios bioclimáticos, secado solar en productos agropecuarios. Esos son desarrollos a cargo de grupos argentinos y algunos han armado pequeñas empresas que están vendiendo esos productos.
—¿Y en el rubro de la producción de electricidad?
—Entre los grandes programas desde el punto de vista eléctrico, el primero es el Proyecto Generación Renovable (GenRen), que se llamó en 2009, al que se le han adjudicado 1.000 MW, entre fuentes eólicas, solar, biomasa. Lamentablemente, de ese total se construyeron sólo 149 MW, porque la financiación que se conseguía de afuera tenía una tasa de interés muy alta y no hubo capital para hacerlo. En 2016 se hizo uno nuevo, el programa RENOVAR, donde se adjudicaron 1.200 MW y luego una segunda ronda de otros 1.200. Es decir, en total son 2.400 MW que recién se empezaron a construir. Se está avanzado, pero el tema es que se pueda concretar, porque para esta escala no hay capacidades nacionales de construcción y todo hay que adquirirlo afuera. El mes pasado se hizo un nuevo llamado RENOVAR por 1.200 MW pero con la característica que se hicieron requerimientos regionales.
—¿Qué capacidades tiene el país para el desarrollo de esta industria?
—La Argentina tiene enormes condiciones naturales para las energías renovables. La industria nacional va avanzando pero sus aportes son aún limitados.Por ejemplo, San Juan tiene bastante avanzada una planta para fabricar los paneles fotovoltaicos, pero para ser rentable necesita una escala de producción muy grande. Hoy los paneles sí se pueden producir de manera competitiva, comprando las celdas afuera. Por otro lado, tenemos que mejorar la formación de recursos humanos. Hasta ahora se han hecho maestrías y doctorados especiales en algunas universidades, sobre todo la de Salta y en la UTN, pero siempre dentro de los posgrados. Por eso desde ASADES consideramos que es necesario comenzar a cambiar las ingenierías para que las energías renovables sean de grado. Y es muy importante la formación de técnicos, tanto para mantenimiento como para instalación de los equipos.
—¿Cuán cerca está la Argentina de consolidar una política de Estado en materia de energías renovables?
—Como país, estamos lejos de poder sostener una política de Estado con respecto a las energías renovables. Sería bueno que hubiera un compromiso firmado por todos los decisores políticos y que los objetivos de estos desarrollos científicos estén por encima de los distintos gobiernos.
 
FOTO: GASTÓN CUELLO. Parque eólico de Rawson, Chubut


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