Ciencia y Técnica: Metales raros: advierten que están a punto de desaparecer
Enviado el Friday, 18 January a las 04:22:50 por Redaccion
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Debido a su excesivo uso industrial
Geólogos europeos analizaron las reservas de plata, indio y tantalio, entre otras
"Me pone nerviosa ver que están limpiando las calles", dice Hazel Prichard. Es lo que los barrenderos recogen en sus bolsas lo que hace que le hierva la sangre, porque entre los desperdicios de las calles hay trazas de platino, uno de los metales más raros y más caros del mundo.
Los convertidores catalíticos que mantienen los contaminantes
de autos, camiones y colectivos en un nivel aceptable usan platino, y
con los años se pierde lenta, pero constantemente, por los
caños de
escape. Prichard, geóloga de la Universidad de Cardiff, Gran
Bretaña,
advierte que anualmente se dispersan toneladas de ese material en las
calles y las rutas, por lo que está buscando sitios en los que
esté
concentrado para recuperarlo. Uno de sus primeros blancos son los
contenedores de las máquinas que limpian las calles.
El platino no sólo es un componente vital de los convertidores
catalíticos, sino también de las celdas de combustible y
sus
existencias se están agotando. Si los 500 millones de autos en
uso se
reequiparan con celdas de combustible, las pérdidas operativas
agotarían las fuentes de platino del mundo en 15 años.
A diferencia del petróleo o los diamantes, no existe una
alternativa sintética para el platino. Pero no sólo el
platino se está
usando a un ritmo alarmante. Lo mismo ocurre con otros metales raros,
como el indio, que se está gastando en cantidades sin precedente
para
hacer LCD para las pantallas planas de TV, y tantalio, para hacer
dispositivos electrónicos compactos, como los teléfonos
celulares.
¿Cuánto durarán las reservas de uranio en la era
nuclear? Las reservas
de elementos como el zinc, el cobre, el níquel y el
fósforo, utilizado
en los fertilizantes, se acabarán en un futuro cercano.
El consumo global de la mayoría de los metales preciosos no se
conoce con certeza. Las compañías mineras guardan en
secreto las
cantidades existentes de metales raros, como el indio y el galio.
Gobiernos e investigadores ahora se están dando cuenta de que
podría
haber un problema.
El equipo dirigido por Armin Reller, de la Universidad de
Augsburg, Alemania, afirma que tenemos como mucho diez años
antes de
que se termine el indio. La escasez podría reflejarse en su
precio: en
2003, el kilo se vendía a unos 60 dólares; en 2006, el
precio del kilo
llegó a 1000 dólares.
Minerales,
como el cobre de esta mina,
podrían extinguirse si no se racionaliza su uso industrial Foto: Archivo
Los geólogos europeos calcularon los costos de nuevas
tecnologías según los materiales que utilizan.
Coincidieron en que el
ascendente nivel de vida de una población creciente demanda como
nunca
antes materiales de los que sólo la Tierra puede proveernos.
Es más: las limitaciones de materia prima podrían indicar
que
no vale la pena desarrollar ciertas tecnologías. Por ejemplo, el
galio
se usa para fabricar un material semiconductor en el corazón de
celdas
solares que prometen ser el doble de eficientes que las convencionales.
Un reciente informe concluye que las reservas actuales no
permitirían
una contribución sustancial de esas celdas a la futura oferta de
energía solar.
Y otros cálculos dan resultados alarmantes: sin un mayor
reciclaje, el antimonio, presente en los materiales aislantes, se
acabará en 15 años; la plata, en diez, y el indio, en
cinco. Más
estimaciones indican que el zinc podría terminarse en 2037 y el
terbio,
que se usa en las lámparas fluorescentes, podría
terminarse en 2012.
Sin embargo, nuestra avidez por los metales y los minerales
podría no seguir creciendo indefinidamente. Cuando el equipo
dirigido
por Tom Graedel, de la Universidad de Yale, analizaron el consumo de
hierro, uno de los metales más abundantes del planeta,
encontraron que
en los Estados Unidos se había estabilizado per cápita
alrededor de
1980.
¿Qué se puede hacer? Reducir los desperdicios, encontrar
sustitutos cuando sea posible y reciclar el resto. Prichard y Lynne
Macaskie, de la Universidad de Birmingham, descubrieron que el platino
constituye 1,5 partes por millón de la tierra en las calles y
las
rutas. Ahora, están buscando el mayor depósito urbano
existente para
aplicar un proceso bacterial que extraería el platino del polvo.
Las ciudades son depósitos de metales que se podrían
reciclar.
Reemplazar con plástico el cobre de los caños de agua
liberaría enormes
cantidades para otros usos. Las soluciones podrían tener que ser
drásticas, pero, como dice Graedel en Proceedings of the
National Academy of Sciences
, "las existencias de varios metales parecen ser inadecuadas para
sostener la calidad de vida del mundo desarrollado para todos los
habitantes del mundo con la tecnología contemporánea". Y
cuando los
recursos escasean, el conflicto no está muy lejos...
Por David Cohen
De New Scientist
LA NACION 12/06/2007
http://www.lanacion.com.ar/916640
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