La EPCA (European
Petrochemical
Association)
junto con la UNESCO
y el IUPAC
(Internacional Union of
Pure and Applied
Chemistry)
desarrollaron un
interesante film con
motivo de la
conmemoración del
Año Internacional
de la Química en el
cual se destaca la
importancia de la
química en la vida
cotidiana.
(Ver ...)
Se realizó en Buenos Aires la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD) llamada oficialmente "Convención de las Naciones Unidas
sobre la Lucha contra la Desertificación en los países gravemente afectados por
la sequía y la desertificación, en particular en Africa"
Acompañamos algunos segmentos de la Conferencia
de las Partes (COP 9)
La Convención de
las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD) llamada
oficialmente "Convención de las Naciones Unidas sobre la Lucha contra la
Desertificación en los países gravemente afectados por la sequía y la
desertificación, en particular en Africa", es un acuerdo internacional que fue
adoptado en París el 17 de junio de 1994. Actualmente, la Convención ha sido
ratificada por 193 países, marcando un hito en la toma de conciencia
internacional sobre la importancia de los problemas relacionados con la
desertificación.
La Convención
recalca que las poblaciones que sufren directamente la desertificación y que
conocen la fragilidad de sus ecosistemas mejor que nadie, deben estar en
estrecha relación y pleno conocimiento de las decisiones que influenciarán sus
modos de vida. La Convención tiene por objetivo luchar contra la
desertificación y atenuar los efectos de la sequía en los países gravemente
afectados por la desertificación.
Las acciones de la
UNCCD apuntan a mejorar la productividad de la tierra, restaurar y conservar
los suelos, establecer una mejor utilización de los recursos hídricos e
introducir la noción de desarrollo sostenible en las zonas afectadas por la
sequía y la desertificación.
Hasta llegar a la presente novena
convención, los encuentros anteriores fueron:
La importancia y riqueza del encuentro
hubiera merecido, a nuestro juicio, un despliegue difusivo muy superior al que
percibimos. La problemática de la desertificación es una cuestión que afecta e
impacta a Argentina de manera significativa. Con frecuencia se escuchan
argumentos que advierten y alertan contra el avance de la desertificación, sea
a causa del cambio climático con sus manifestaciones (inundaciones, sequías),
como también por la modificación indiscrimada y descontrolada de prácticas de
laboreo o expansión de fronteras agrícolas con sus efectos colaterales (sojización,
uso de agroquímicos de forma indiscriminada).
Durante los diez días que duró el
encuentro, no fue posible encontrar en ninguno de los medios de difusión un
seguimiento o una información minimamente destacada de tan importante reunión, que
se realizó en las instalaciones del Hotel Hilton de Puerto Madero. Diríamos
que el ciudadano no se anotició del desarrollo de la COP9. Sabemos que
participó el organismo ambiental argentino (Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable), que el Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable presidió
tan importante evento, pero las conferencias y experiencias compartidas por los
países participantes no tuvieron la difusión previa, ni en el transcurso del
mismo, como se supone que merecía tal acontecimiento. El ciudadano común puede
entender ante esta situación, que la cuestión de la desertificación, uno de los
flagelos que azota al mundo y obviamente a nuestro país, no es valorizada por
la agenda ambiental argentina. Lamentablemente los seres humanos tenemos una
capacidad muy limitada de reconocer los impactos profundos que
pueden condicionar la supervivencia de la especie humana, no reversibles o extremadamente
difíciles de revertir y exhibimos sensibilidad solo ante impactos puntuales,
intensivos, instantáneos, aunque tal vez menos profundos, como huracanes, algun
terremoto, inundaciones, que en definitiva se cuantifica en millones de dólares
y algunas veces en un número de víctimas inusualmente alto, que tienen impacto
mediático, pero que poco y nada dicen de la acechanza a la vida humana de
manera global provocada por el descontrol y desenfreno de nuestra forma de
producir y consumir. Eso sí, discursos sobran. Es cierto, como país poco es lo
que aportamos a los desequilibrios globales, pero no es menos cierto que la
indiferencia oficial y ausencia de difusión de cuestiones como la que comentamos
a propósito del desconocimiento de una reunión internacional como la COP9, solo
sirve para corroborar que los argentinos tambien confundimos lo urgente con lo
importante. Una verdadera lástima.